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La colitis nerviosa, conocida también como el Síndrome del Intestino Irritable, es una dolencia funcional del intestino.
A pesar de no tener un tratamiento específico, existen algunos procedimientos que pueden aliviar y controlar los síntomas que la provoca.
Sentir el impulso de salir corriendo hacia el primer baño que se encuentre ante la necesidad de tener que evacuar de inmediato es una sensación horrible, sobre todo cuando no se está en el hogar y sí en el trabajo o, peor aún, en la calle o en un medio de transporte.
Por regla general, los nervios juegan una mala pasada, por lo que una mala noticia o un problema que no se pudo resolver en ese momento pueden causar ese cuadro que se conoce como colitis nerviosa.
Además de ser una molestia relativamente frecuente, la colitis nerviosa, según estudios médicos, puede afectar a alrededor de un 30 % de personas en determinados momentos de sus vidas.
Y más aún en los países desarrollados, donde entre un 10 % y un 20% de la población sufre el síndrome del intestino irritable.
¿Qué es la colitis nerviosa?
La colitis nerviosa es un disturbio motor del tubo digestivo que tiene un origen crónico sin ser orgánico. Está comprobado que las mujeres lo sufren dos veces más que los hombres.
En aquellos que padecen esta molestia, el tejido muscular intestinal es más reactivo y sensible a los estímulos habituales, tales como la alimentación y el estrés. Por eso se la llama también Síndrome del Intestino Irritable.
Este disturbio muscular origina aceleración o atraso en el tránsito intestinal, lo que provoca cambios en la consistencia de las heces y modificaciones en la frecuencia de las evacuaciones, que se intercalan en períodos de diarrea y etapas de estreñimiento.
Cabe destacar que la colitis nerviosa no es una alteración orgánica sino funcional. Esto es debido a que los síntomas pueden manifestarse aunque no exista una lesión en el colon.
El síndrome del intestino irritable no es una enfermedad, sino un conjunto de síntomas.
¿Cuáles son los síntomas de la colitis?
Los síntomas más comunes de la colitis nerviosa son los que enumeramos a continuación:
- Diarrea.
- Estreñimiento.
- Dolor.
- Malestar abdominal.
El dolor o el malestar abdominal se debe a los movimientos intestinales que aumentan o disminuyen la frecuencia normal. Las heces pueden ser más duras o más líquidas.
Indudablemente, el movimiento intestinal tiene sus efectos y, cuando sale de la frecuencia normal, produce consecuencias como dolor o molestia abdominal.
La diarrea, por su parte, puede aparecer más de tres veces al día, mientras que el estreñimiento puede ocurrir durante varios días seguidos por semana. Las evacuaciones pueden ser con mucosidad y flatulencias, lo que deriva en malestar e incomodidad.
El dolor abdominal puede surgir también después de la ingestión de alimentos. El dolor puede disminuir después de la evacuación o la emisión de flatulencias.
Por norma general, los síntomas surgen en conjunto y combinan dolor abdominal, digestión difícil e infección urinaria, por ejemplo.
Como en tantos otros malestares, el estrés juega un papel importante debido a que agrava los síntomas. De acuerdo con la consistencia de las heces, hay cuatro tipos de colitis nerviosa:
- Colon irritable con diarrea.
- Colon irritable con estreñimiento.
- Formas mixtas.
- Formas no clasificables.
¿Cuáles son las causas de la colitis nerviosa?
Existe un conjunto de situaciones que llevan a este síndrome, como por ejemplo:
- Cambios en la motilidad intestinal.
- Hipersensibilidad intestinal.
- Ansiedad.
- Ataques de pánico.
- Gastroenteritis.
- Factores genéticos.
- Sensibilidad a determinados alimentos.
¿Cómo es el tratamiento?
No hay un tratamiento específico para la colitis nerviosa. De hecho, muchas personas aprenden a vivir con el síndrome del intestino irritable.
Sin embargo, algún tratamiento funciona mejor que otro a la hora de aliviar los síntomas, aunque eso dependerá de cada persona:
- Comer con una mayor frecuencia y en menor cantidad.
- Evitar comer alimentos que produzcan gases, tales como leche, café, coliflor y guisantes.
- Privilegiar el consumo de hidratos de carbono, donde encontramos pastas, arroz y cereales.
- La fibra que se consuma debe estar acompañada por otros componentes alimenticios, pues puede aumentar la formación de gases.
- Controlar el estrés y la ansiedad consumiendo infusiones elaboradas con plantas ricas en propiedades calmantes y practicando actividades como el yoga, el taichí o la meditación.
Los nervios y la colitis nerviosa
En la actualidad, es muy frecuente la presencia de la colitis nerviosa en hombres y mujeres, un síndrome que modifica la calidad de vida de quien la padece.
Se la compara con la migraña en cuanto a lo que afecta en el día a día de la persona que la sufre. Por este motivo, hay que saber reconocer los síntomas para poder recurrir de inmediato al médico gastroenterólogo.
El estrés, la depresión, la ansiedad y otras alteraciones emocionales pueden provocar la aparición de colitis nerviosa.
Por este motivo, al ser varias las causas que llevan a ese cuadro, es necesario consultar, en primer lugar, con el médico de confianza, quien analizará la situación y pedirá algunos exámenes clínicos y de laboratorio.
De acuerdo a los resultados, un buen gastroenterólogo podrá indicar una dieta específica que ayude a mejorar los síntomas y sus consecuencias.
Sin embargo, no se puede dejar de lado la parte emocional, por lo que una terapia psicológica será también clave para comenzar a solucionar el problema.
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