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Saber cómo cuidar la piel sensible en invierno es indispensable para mantener el cutis protegido durante esta estación del año.
Y es que los fríos vientos del invierno y las bajas temperaturas reducen los niveles de humedad de la piely eliminan sus defensas naturales. Estos cambios pueden hacer que la tez se muestre seca, irritada y escamosa.
Con la piel sensible es posible que los síntomas sean aún más severos y la epidermis se encuentre aún más tensa.
En estos casos, evitar ciertos ingredientes y utilizar productos sin fragancias sintéticas puede no ser suficiente.
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¿Por qué cambiar los cuidados de la piel en invierno?
Con el cambio del clima y los factores externos la piel adquiere nuevas necesidades para mantener su salud y bienestar.
El viento, los cambios bruscos de temperatura, la calefacción y las largas duchas con agua muy caliente son algunos de los factores que aumentan la sequedad e irritación de la piel.
Por ello, es necesario incorporar cosméticos adicionales en invierno que ayuden a reestablecer el equilibrio de la piel aportando nutrición y elasticidad, en especial cuando se trata de las pieles sensibles.
Bálsamo hidratante para pieles sensibles
Si te preguntas cómo cuidar la piel sensible en invierno, el siguiente bálsamo natural te será de gran utilidad durante los meses más fríos del año.
Ingredientes
Una cucharada de cera de abejas
25 mililitros de aceite de coco
12 mililitros de aceite u oleato de caléndula
10 gotas de aceite esencial de lavanda
Pasos a seguir
- Vierte la cera de abejas y el aceite de coco en un envase.
- Pon el envase en una cazuela con agua que cubra la mitad del recipiente. Calienta al Baño María y remueve la mezcla con suavidad.
- Una vez que se hayan derretido los ingredientes y se haya creado una mezcla homogénea, retira del fuego e incorpora el aceite de caléndula y el aceite esencial de lavanda.
- Mezcla bien todos los ingredientes y guarda el bálsamo en un frasco de cristal opaco para proteger el producto de la luz.
Este bálsamo hidratante y reparador contiene ingredientes que ayudan a retener la humedad de la piel, la calman y crean una capa protectora que la resguarda de los factores externos. Se puede utilizar como crema hidratante diaria sobre la piel previamente limpia y tonificada.
Cuidados para una piel sensible
Los ingredientes seleccionados para este bálsamo hidratante poseen cualidades especialmente beneficiosas para el cuidado y la reparación de las pieles sensibles:
Cera de abejas
Al igual que la miel, la cera de abejas también cuenta con infinidad de propiedades beneficiosas para la piel.
Al aplicarla sobre la epidermis, crea una capa protectora que ayuda a refugiarse de los factores del entorno, además de retener la humedad cutánea. Gracias a ello, ayuda a reducir la sequedad.
También cuenta con cualidades humectantes, por lo que atrae la humedad del entorno y ayuda a mantener la hidratación.
Es especialmente útil para el cuidado de las pieles secas y sensibles, ya que es calmante y ayuda a aliviar las irritaciones y picores de la piel.
Se trata, asimismo, de un ingrediente anti alergénico, por lo que es un componente que se tolera bien en todo tipo de pieles.
Aceite de coco
Destaca por sus propiedades antimicrobianas, que ayudan a proteger la piel de los microorganismos nocivos. Esto puede favorecer el bienestar de las pieles debido a que ayuda a prevenir las infecciones cutáneas causadas por hongos y bacterias.
El aceite de coco también tiene cualidades antiinflamatorias que ayudan a aliviar la inflamación y calmar las pieles afectadas.
El uso de este aceite vegetal está muy extendido gracias a su capacidad altamente hidratante que penetra en la piel en profundidad y previene la sequedad.
Es por todo ello que el aceite de coco se convierte en uno de los mejores aliados de las personas que buscan ingredientes naturales para cuidar la piel sensible en invierno.
Aceite u oleato de caléndula
Es un aceite rico en flavonoides y betacarotenos que se encargan de nutrir y reparar la piel. Cuenta con propiedades calmantes, reparadoras y nutritivas que contribuyen en la recuperación de las pieles dañadas e irritadas.
Además, su composición es tan suave y delicada que es ideal tanto para el cuidado de las pieles más sensibles y frágiles como para la de los bebés.
Por eso, es muy habitual utilizar el aceite de caléndula para tratar las pieles irritadas como la zona del pañal.
Todas las propiedades de la caléndula se encuentran en sus flores, por eso es necesario macerar en aceite de oliva o aceite de girasol y extraer de este modo todas sus propiedades.
Aceite esencial de lavanda
Conocida por su característica fragancia, el aceite esencial de lavanda cuenta con propiedades antiinflamatorias y relajantes que hacen que sea perfecto para cuidar la piel sensible en invierno.
Es uno de los pocos aceites esenciales aptos para las pieles sensibles. Ayuda a regenerar la piel al mismo tiempo que reduce la hinchazón.
Además, este aceite ha demostrado ser útil en la reducción de la presencia de ciertos tipos de bacterias y en la prevención de su propagación.
Por ello, incorporar unas cuantas gotas del aceite al bálsamo hidratante ayudará no solo a recuperar el bienestar de la piel, sino también a prevenir infecciones y a mantener la correcta salud de la epidermis en invierno.
Con el uso de cosméticos y cuidados adecuados podemos ayudar a que incluso las pieles más sensibles se muestren saludables y radiantes durante las adversas condiciones del invierno.
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